Preparación del molde: Utiliza un molde de 15 cm, ideal para dos personas. Asegúrate de engrasarlo ligeramente o cubrirlo con papel de hornear para evitar que la tarta se pegue.
Mezcla los ingredientes: En un bol grande, combina el queso de untar, los huevos, el eritritol, la nata para montar y la harina de avena. Mezcla hasta obtener una consistencia suave y homogénea.
Horneado: Vierte la mezcla en el molde preparado y hornea en un horno precalentado a 180°C durante aproximadamente 25-30 minutos. La superficie debe estar dorada pero el centro aún ligeramente tembloroso.
Enfriamiento: Aquí es donde se necesita paciencia. Aunque la tentación de probarla puede ser grande, es crucial refrigerar la tarta durante al menos 5 horas para que adquiera la consistencia deseada.
Consejos para un resultado perfecto:
No reduzcas el tiempo de refrigeración: Como mencioné, inicialmente refrigeré la tarta solo por 3 horas y resultó demasiado coulant para mi gusto. La paciencia es clave; asegúrate de dejarla enfriar completamente.
Adapta la receta a tu gusto: Si prefieres una textura más firme o más suave, ajusta la cantidad de harina de avena ligeramente.
